
Los países involucrados en el escándalo son Alemania -desde donde habría operado la mafia de manipuladores-, Bélgica, Suiza, Croacia, Eslovaquia, Turquía, Bosnia y Austria. Las investigaciones, dirigidas por la fiscalía de Bochum, fueron respaldadas por la UEFA que ha estado desde junio pasado en contacto permanente con los investigadores.
La fiscalía cree que la banda de apostadores buscó manipular el resultado de partidos a través de sobornos a jugadores, entrenadores, árbitros y funcionarios y luego apostaron grandes sumas de dinero en Europa y en Asia a un determinado resultado.