Quisieramos antes de comentar de como se va ha desarrollar a cabo este blog,hacer un pequeño parentesis para comentar los orígenes de la Hdad. a la cual llevamos en el corazón. Hablamos de nuestro simpecado, de la Real Ilustre y Antigua Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Coria del Río, el más antiguo de los que entra en el Rocío. Hemos de agradecer la ayuda prestada por la Secretaria de la Hermandad , Dª Encarnación Pérez, -basándose en el Archivo de la Hermandad y el libro “Coria y el Rocío” de D. Daniel Pineda Novo- quien nos ofreció algunos datos y la ilustración que acompaña este artículo.
Se funda esta Hermandad el domingo 22 de abril de 1.849 en la Sacristía de la Iglesia Parroquial de Mª Stma. de la Estrella de Coria, bajo los auspicios del presbítero de la localidad D. Manuel Jiménez Balderas. El día 27 de aquel mismo mes la Hermandad Matriz de Almonte recibía como filial a la nueva Hermandad de Coria. Desde entonces siempre ha participado en la Romería. El Simpecado se disponía en un "cajón" montado sobre una carreta, con dos puertas que permitían la visión del Simpecado protegiéndolo durante el camino; de ahí que a las actuales carretas se les siga llamando cajón, como veíamos en el Boletín anterior con la Hermandad de Umbrete. En 1.915 se estrenó un templete de madera que de nuevo se situó sobre una carreta de labranza; el cual se utilizó hasta 1953, año en que se estrenó la espléndida Carreta de plata labrada por el afamado orfebre D. Fernando Marmolejo.
Una de las joyas más antiguas y de más valor artístico que entran en peregrinación a la aldea del Rocío es el Simpecado de la Hdad. de Coria, bordado en tejido con hilos de plata sobre tisú, completando su belleza un bordado geométrico del mismo metal. El Simpecado, ricamente adornado, y en el que se vislumbran elementos dieciochescos, con ese característico movimiento ondulante, que le acercan al estilo rocalla, aunque sin serlo (podría ser también barroco tardío), responde a un tipo clásico de bandera concepcionista, pues indudablemente, su nombre procede de la inscripción Sin Pecado Concebida, usada ya en las banderas y estandartes marianos del siglo XVII.
Desde la constitución de la Hermandad se contó con el Simpecado, como se especifica en el Libro de Actas: "y a costa de afanes sin limites, reunieron algunas sumas que prodigaron personas " devotas " y acreciéndola de sus propios peculios, consiguieron la adquisición de un magnifico Simpecado con la Imagen de Nuestra Señora y otras elegantes " insijnias ".
La Hermandad pagó por el Simpecado 1.481 reales de vellón y 16 maravedíes; habiendo sido restaurado en diversas ocasiones: en 1894 por iniciativa de D. José Anastasio Martín; en 1925; en 1950 por D. Pedro Fernández Santacruz y en el año 1991 y por iniciativa de la Junta que presidía D. Francisco Campos Peña (q.e.p.d.) y un grupo de Sras. que formaron una Comisión para la Restauración del mismo, dicha restauración se llevo a cabo en los Talleres de Bordado Santa Bárbara de Sevilla; el óleo lo restauró en esa misma fecha el pintor sevillano D. Juan Luis Coto Cobo (q.e.p.d.).
El retrato de la Virgen , óleo sobre lienzo, es un verdadero encanto y atractivo espiritual. Al artista anónimo se le pagaron por él sesenta reales. Debió ser un pintor popular, de ascendencia romántica tal vez, perteneciente a la llamada Escuela Sevillana del siglo XIX; más, lo que sí podemos apreciar en el retrato son ciertos y seguros conocimientos del arte de la pintura. Debió ser un pintor con gran devoción y afecto por la Virgen , cuya obra le salió de los reaños del alma.
La Virgen con título de realeza y vestido campaniforme, está hollando la media luna y el Niño entre sus brazos; hay en la pintura una gran preferencia por el oro, que destaca, y el azul soberbio del manto, todo envuelto en colores tenues que se desvanecen.
En resumen, un Simpecado legendario en los caminos y digno de admirarse tanto en su espléndida Carreta como en el recogimiento cotidiano de su capilla, y además un símbolo de la historia del Rocío.
Se funda esta Hermandad el domingo 22 de abril de 1.849 en la Sacristía de la Iglesia Parroquial de Mª Stma. de la Estrella de Coria, bajo los auspicios del presbítero de la localidad D. Manuel Jiménez Balderas. El día 27 de aquel mismo mes la Hermandad Matriz de Almonte recibía como filial a la nueva Hermandad de Coria. Desde entonces siempre ha participado en la Romería. El Simpecado se disponía en un "cajón" montado sobre una carreta, con dos puertas que permitían la visión del Simpecado protegiéndolo durante el camino; de ahí que a las actuales carretas se les siga llamando cajón, como veíamos en el Boletín anterior con la Hermandad de Umbrete. En 1.915 se estrenó un templete de madera que de nuevo se situó sobre una carreta de labranza; el cual se utilizó hasta 1953, año en que se estrenó la espléndida Carreta de plata labrada por el afamado orfebre D. Fernando Marmolejo.
Una de las joyas más antiguas y de más valor artístico que entran en peregrinación a la aldea del Rocío es el Simpecado de la Hdad. de Coria, bordado en tejido con hilos de plata sobre tisú, completando su belleza un bordado geométrico del mismo metal. El Simpecado, ricamente adornado, y en el que se vislumbran elementos dieciochescos, con ese característico movimiento ondulante, que le acercan al estilo rocalla, aunque sin serlo (podría ser también barroco tardío), responde a un tipo clásico de bandera concepcionista, pues indudablemente, su nombre procede de la inscripción Sin Pecado Concebida, usada ya en las banderas y estandartes marianos del siglo XVII.
Desde la constitución de la Hermandad se contó con el Simpecado, como se especifica en el Libro de Actas: "y a costa de afanes sin limites, reunieron algunas sumas que prodigaron personas " devotas " y acreciéndola de sus propios peculios, consiguieron la adquisición de un magnifico Simpecado con la Imagen de Nuestra Señora y otras elegantes " insijnias ".
La Hermandad pagó por el Simpecado 1.481 reales de vellón y 16 maravedíes; habiendo sido restaurado en diversas ocasiones: en 1894 por iniciativa de D. José Anastasio Martín; en 1925; en 1950 por D. Pedro Fernández Santacruz y en el año 1991 y por iniciativa de la Junta que presidía D. Francisco Campos Peña (q.e.p.d.) y un grupo de Sras. que formaron una Comisión para la Restauración del mismo, dicha restauración se llevo a cabo en los Talleres de Bordado Santa Bárbara de Sevilla; el óleo lo restauró en esa misma fecha el pintor sevillano D. Juan Luis Coto Cobo (q.e.p.d.).
El retrato de la Virgen , óleo sobre lienzo, es un verdadero encanto y atractivo espiritual. Al artista anónimo se le pagaron por él sesenta reales. Debió ser un pintor popular, de ascendencia romántica tal vez, perteneciente a la llamada Escuela Sevillana del siglo XIX; más, lo que sí podemos apreciar en el retrato son ciertos y seguros conocimientos del arte de la pintura. Debió ser un pintor con gran devoción y afecto por la Virgen , cuya obra le salió de los reaños del alma.
La Virgen con título de realeza y vestido campaniforme, está hollando la media luna y el Niño entre sus brazos; hay en la pintura una gran preferencia por el oro, que destaca, y el azul soberbio del manto, todo envuelto en colores tenues que se desvanecen.
En resumen, un Simpecado legendario en los caminos y digno de admirarse tanto en su espléndida Carreta como en el recogimiento cotidiano de su capilla, y además un símbolo de la historia del Rocío.
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