lunes, 31 de marzo de 2008

¿Y POR QUE NO?

LA "CRUCIFIXIÓN" DEL ALCALDE

El regidor de Cómpeta (Málaga), que es cura, hace de Cristo /Cómpeta ve por primera vez a su alcalde caído y crucificado

Son ya las tres menos veinte de la tarde. Viernes Santo en Cómpeta, con una bruma que baja desde las cumbres de la Sierra Almijara y que cala hasta los huesos. Con su cuerpo casi desnudo, como Jesucristo poco antes de expirar, el alcalde y ex párroco local, el rondeño José Luis Torres, derrama sus lágrimas casi abatido al pie de la Cruz.
Sustituyó el pasado año el sacerdocio por la carrera política con el PP, pero no ha abandonado, como pudieron contemplar más de 5.000 personas, sus dotes interpretativas en La Pasión."Este año muchos querían ser romanos para azotarlo, diciéndole que tenía que haber sido más permisivo con las licencias", bromea un británico mientras observa uno de los pasajes de mayor emotividad de la representación religiosa. Poco después de las doce del mediodía empezaba esta especial recreación de la Pasión y Muerte de Jesús.
Tras cerca de un año como regidor, a José Luis Torres se le pueden encontrar pecados pero "ha sido muy formal al aplicar la ley, no nos ha dado las licencias de obra porque la Junta de Andalucía no lo permite y en el fondo es su obligación hacer lo que es legal", añade John.
Al mismo tiempo su esposa, Jacqueline, tomaba una nueva instantánea en su moderna Nikon digital.Emilio López , concejal competeño y compañero de corporación de Torres, ha vivido por primera vez y al detalle las evoluciones como actor de su compañero de partido. "Es muy emocionante, lleva toda la espalda ensangrentada y la gente reconoce que es un papel muy duro".
En efecto, mujeres y hombres se mostraban emocionados y con lágrimas en sus ojos cuando pasadas las dos y media de la tarde, subido el empinado trecho entre la plaza de la Vendimia -donde se representan los pasajes iniciales del texto de La Pasión- y el límite norte del casco histórico competeño, José Luis Torres representaba las tres caídas con su cruz a cuestas. "Mírale las rodillas, es sangre, no es pintura, está sangrando", indicaba María Ortega, vecina de Canillas de Albaida, a su marido.
El ahora alcalde también fue párroco de esa otra localidad axárquica, como de Árchez, y muchos feligreses volvieron a identificarlo este Viernes Santo como el cura cercano que siempre estaba disponible para colaborar con cuantas iniciativas sociales se impulsaban desde estos pueblos blancos de gran fervor religioso.

No hay comentarios: