La hoja informativa (Al·leluia) de la catedral de Valencia anunciaba para las ocho de la mañana la citada misa, aunque luego en todo el acto no hubo ni una sola alusión al dictador. Las 24 personas que asistieron -12 hombres y 12 mujeres de las que cuatro eran monjas-, lo hicieron como un día normal, y el oficiante tampoco pronunció el nombre del homenajeado, contra lo que suele ser habitual en estos casos.
Frente a estos actos, alrededor de trescientos jóvenes convocados por Antifeixistes de l'Horta celebraron una manifestación entre las Torres de Serrano y la Plaza del Ayuntamiento denunciando la creciente actividad del fascismo en la Comunitat Valenciana, una autonomía que todos los informes sitúan a la cabeza de España en cuanto a violencia racista y homófoba.