A pesar de la distancia entre el real y la residencia las ganas de disfrutar en familia del ambiente de Feria no fue obstáculo para un rato de entre sevillanas y cantes, donde las propias Hermanas y el resto de trabajadoras de la residencia disfrutaron de una tarde para no olvidar.
Las ganas de divertirse y el buen ambiente que se vivía en el interior de la residencia hicieron del momento en un día para recordar, donde la edad no es ápice para pasarlo bien entre unas personas que a diferencia de la edad, siguen teniendo un espíritu joven. Sin duda agradecer a la Hermana Superiora y la congregación y en especial a las personas que realizan su labor en la residencia por haber tenido esta fenomenal idea de acercar la Feria a nuestros mayores.